Wednesday, October 28, 2009

Selva


Yo respiro la selva, no la ves pero yo la respiro
y voy sujeto al humo de su cuerpo.
El vapor de sus nombres sube por las cañerías de esta ciudad vieja.
Y respiro su sangre. Aspiro la arboleda y es de un trago, con borbotones, pelos de animal y cáscara de fruta descompuesta.
Cosas que fueron otras se deshacen en el plateado de la noche.
Son estrellas podridas que acunan con aullidos, con un filo vidrioso y una piedra que duele a cualquier tacto.
Vivo en esa caverna sin paredes.
Entre sus inscripciones lo enmarañado tiene rostro y los perfumes gozan de su fugacidad eterna.

También en la noche de cemento te respiro.
Agua insolente cruza debajo de mi almohada.

Jorge Boccanera. Palma Real.

Tuesday, October 27, 2009

Crítico

—“Hoy, cuando cruzaba la vía, vi“. ¿Todos los días cruzás la vía?

— No.

— ¿Y entonces porqué no “Hoy crucé la vía y vi”?

— No quise destacar que cruzaba la vía, sólo lo comentaba para situar al lector y que supiera dónde había visto yo al chico que tenía el palo.

— ¿El chico estaba de pie?

— No. Estaba sentado sobre esos caños que ponen al lado de la vía para que los peatones tengan que atravesar en zig zag y no pasen corriendo.

— ¿Y, entonces, por qué no ubicaste al chico sentado ahí?

— Sabés por qué.

— Claro que sé, yo lo escribí. Pero se trata de un diálogo crítico. No vas a pretender censurarte (me).

— No sabía cómo se llaman esos caños y habría quedado confuso. No era importante si el chico estaba sentado o de pie, sino que tenía un palo y en la punta del palo había una cotorra.

— Había una cotorra...

— ¿Qué tiene?

Habemus papam. La cotorra estaba posada en la punta del palo. Se había detenido ahí o alguien la había puesto, no “había”, como “había una vez”.

— Es una convención de lenguaje. Acepto la búsqueda de la precisión, pero tampoco podemos escarbar hasta que las palabras, de tanto repetirlas, suenen absurdas. Por otro lado, al verla, yo sólo sé que está ahí, desconozco si minutos antes se había posado allí o alguien la había puesto.

— Una cotorra “normal”. ¿Me definirías los parámetros de normalidad de las cotorras?

— Sabés de qué estoy hablando por que vos escribiste eso. Usé (usamos) la palabra “normal” para, luego, oponer el hecho de que estaba teñida de amarillo. Además, definí (definimos) los parámetros de normalidad: “como las que se juntan de a montones en las palmeras de la plaza central de San Martín”. Ésas, porque nosotros lo quisimos arbitrariamente, son las normales.

— ¿Cómo estarían las plumas húmedas sino pegadas al cuerpo? ¿Flotando alrededor del animal?

— Sos (soy) un ser despreciable. ¿Cómo describirías al animal todo mojado de pintura amarilla?

— Los ojos entrecerrados. Gotas amarillas le caían de las plumas de la cola.

— No me convence.

— Da igual. Ponés “sufría”. Ahí hay un claro salto del punto de vista. No sabés si el animal sufría o no porque no sos el animal. Debiste escribir “parecía sufrir”.

— Basta.

— El final no está mal. Pero yo lo habría terminado de otra forma.

— ¿Sabés qué es lo bueno de autocriticar un texto y ser el que tipea? Que cuando uno (vos) se pone demasiado insoportable, el otro (yo) puede ignorarlo y no transcribir ni una palabra más.
Decí lo que quieras. Y escuchá el silencio.

Thursday, October 22, 2009

Conurbano

Hoy, cuando cruzaba la vía, vi a un chico que tenía un palo. En la punta del palo había una cotorra.

Una cotorra normal, como las que se juntan de a montones en las palmeras de la plaza central de San Martín, sólo que teñida de amarillo.

Los ojos entrecerrados, las plumas húmedas pegadas al cuerpo. Sufría.

Quizás, fue eso lo que me puso triste.

O el chico, que estaba vendiendo la cotorra.

Wednesday, October 21, 2009

Ella

La he visto, en el medio de un parcial, los ojos bien abiertos fijos en un punto de la hoja, la lapicera yendo y viniendo de un lado para otro; los músculos de la mano tensos. Hasta que en un momento, ponía cara de dolor, soltaba la lapicera sobre el pupitre y hacía movimientos para descansar la mano. Después, de vuelta a la hoja, y a la media hora cuando todos estábamos tratando de acordarnos eso que nunca habíamos sabido, ella se levantaba, entregaba las hojas y recién ahí le volvía el color a la cara; y sonreía.

Hoy, llueve


Monday, October 19, 2009

Arte

Cuando el
espíritu
se desvanece
Aparece
la forma.


C. Bukowski

Hoy

"Te transformaste en mi pesadilla, pero lograste hacerme soñar".


Falopa

Wednesday, October 7, 2009

Moral



Algunos miran con desprecio.
Otros manipulan, son infieles,
marean a los ciegos.

Me da miedo mirar las estrellas durante un rato largo.

Monday, October 5, 2009