Monday, August 30, 2010

Intentar ser persona


Ser la hija de Fogwill es (...) intentar ser actor siendo hijo de Vittorio Gassman, intentar hacer cine siendo hijo de Ozu, intentar ser meditativo siendo el hijo de Osho, intentar ser persona siendo el hijo de un animal.

Mi padre para mí, como padre, fue un gran escritor. No se lo podía molestar, no se le podía quitar minutos a su silencio ni a su pensamiento. Su mejor novela es su vida, una vida más impactante que cualquier escrito que hayan podido encontrar o leer de él y/o sobre él. La mejor literatura la hizo en las noches arrullándome para dormir, jamás –mientras me tocaba estar con él– me dormí sin un cuento de mi padre, jamás. Hasta de grande era capaz de meterse en mi cama a contarme un cuento, pese a que yo, dormida, me sobresaltaba y le decía: “¡Papá, ya estoy grande para cuentos!”, “¿Papá, estás drogado?”, “¡Papá, soy tu hija!, ¡Papá!”.


Vera Fogwill escribe sobre su padre en Radar.

Thursday, August 26, 2010

Otro cumpleaños triste


— Disculpe. ¿Dijo algo?

— No. Hablo solo.

— ¿Usted es Fogwill?

— Sí. Por eso hablo solo.

**

Y la entrevista terminó, los dos arriba de un taxi, yendo a buscar a su hija más chica, que salía del curso de ingreso al Nacional Buenos Aires.

En realidad, había terminado un rato antes.

—Bueno. Yo voy para allá — dijo, señaló hacia un lugar, respiró, la boca abierta, como los peces cuando los sacan del agua, y nombró dos calles que seguramente se cruzarían en algún lado — Si te queda bien te llevo.

Claro que me quedaba bien. No tenía la más puta idea de si me estaba acercando o alejando de donde iba, pero compartir un taxi con Fogwill me quedaba bien. Seguro.

Paramos, subió la hija. A las tres cuadras, en aquel cruce de calles, yo me bajé.

Lo saludé con un beso.

— ¿Sabés, Ø? Cuando me llamaste pensé que eras un pelotudo. Llegué a la nota creyendo que iba a ser un embole. La misma mierda de siempre. Pero me cagaste. Estuvo entretenida.

Y al llegar a casa, inflado de ese orgullo idiota que, en momentos como éste nos damos cuenta, no sirve para un carajo, el mail, la frase: "No pares de nadar".

La flechita del mouse sobre la palabra "responder" y las letras: “¿No piensa dar un taller de escritura? Quiero ser su alumno”.

Al rato, la respuesta.

"Ni en pedo. preferiría tener un taller de chapa y pintura para arreglar el auto, ya mi prosa no tiene solución: chapa mala y oxidada".


Foto: Diego Sandstede.



Thursday, August 19, 2010

La mujer


La puerta estaba abierta. El interior estaba casi a oscuras y había una atmósfera pesada. Una mujer salió a nuestro encuentro, sin saludarnos. Tenía dura la mirada y fijó en mí sus ojos. Estuvo largo tiempo sin pronunciar palabra. No sé, no sabría decir por qué, pero intuía cierta maldad en ella. Las mechas le colgaban sobre las mejillas, y la gran boca exangüe tenía una cierta expresión irónica y perversa.

Par Lagerkvist, en El verdugo

Thursday, August 12, 2010

Rescatista


No somos inmunes a la muerte de otro.

No importa si no lo conociste.

Da igual si no sabés cómo se llamaba, cuántos años tenía, qué le gustaba hacer.

El cuerpo está ahí en el suelo y acá estamos nosotros.

Hay que levantarlo y llevarlo a otra parte.

Cuando lo movemos, queda una huella. En la nieve aparece una marca que tiene forma de persona.

Dentro de nosotros, también.