Wednesday, November 25, 2009

Hoy

Me aburrí de escribir.

Dije, voy a cerrar el blog.

O, en realidad, pensé, voy a dejarlo así. Y listo.

Subí la escalera de casa, la que lleva al dormitorio, hasta el entrepiso y me asomé a la baranda. Pensé en saltar y mover los brazos rápido como hacen las libélulas, para levantar vuelo, pero el techo sólo mide cuatro metros y me iba a costar no chocar con el globo de la lámpara.

Salí al patio. Miré hacia arriba. El cielo no estaba nublado y las glicinas de la vecina aún no habían florecido. Me dije: ¿Y si salto y subo, subo, subo hasta chocar con la cabeza contra algo? Pero me dio miedo llegar demasiado alto. Y volví a entrar.

Fui al botiquín. Vi el tarrito de vidrio marrón con las pastillas de dormir. Pensé en tomármelas todas, de golpe, así dormía por lo menos una semana. Iba a soñar un montón. Y a mí, me encanta soñar. Pero a veces los sueños dan miedo y yo no quería tener miedo.

Y me aburrí de aburrirme.

Y vine acá.

Ahora, escribo.

Tuesday, November 17, 2009

Sentido crítico

¿Sabe qué es lo peor de la literatura?, dijo Don Pancracio. Lo sabía, pero hice como que no. ¿Qué?, dije. Que uno acaba haciéndose amigo de los literatos. Y la amistad, aunque es un tesoro, acaba con el sentido crítico.

Hugo Montero, tomándose una cerveza en el bar La mala senda, calle Pensador Mexicano, México DF, mayo de 1982.

Wednesday, November 11, 2009

Hoy

Me despertó el timbre. Sonó varias veces. Decidí que no iba a atender. Insistían; cada vez los timbrazos eran más fuertes. Pregunté quién era.

-- ¿Señor X?
-- No.
-- ¿Ahí vive el señor X?
-- No.

Era la policía con una orden de allanamiento.

-- ¿Puede venir a la puerta, por favor, señor?

-- Espere que me cambie.

Me puse el pantalón corto, zapatillas sin las medias, y fui a abrir. En la puerta me esperaba un policía gordito, con dientes hacia afuera. A los costados, otros dos policías y dos tipos con pinta de no haber comido en las últimas semanas; al menos, si habían comido, les habría costado conseguir la comida. Son los testigos, dijo el gordito y vi que uno de los dos llevaba una bolsa de supermercado, debería venir de hacer las compras. Estamos buscando a esta persona, dijo el gordito y me mostró una orden judicial donde leí el nombre de X y la palabra “detención”. “A la mierda”, dije y el gordito se rió.

--¿Podemos entrar?

Pensé que debía haber un argumento para impedir que entraran, pero miré el papel, la dirección era la mía, y no supe cuál era ese argumento.

--Pasen --dije.

Adelante fue el gordito, detrás yo y luego los dos tipos, uno con una bolsa de supermercado.

Friday, November 6, 2009

División

De este lado, los que usamos pañuelo de tela.

De allá, ustedes.

Thursday, November 5, 2009

prosa

"El niño se llamaba Lorenzo, creo, no estoy seguro, y he olvidado su apellido, pero más de uno lo recordará, y le gustaba jugar y subirse a los árboles y a los postes de alta tensión. Un día se subió a uno de estos postes y recibió una descarga tan fuerte que perdió los dos brazos. Se los tuvieron que amputar casi hasta la altura de los hombros. Así que Lorenzo creció en Chile y sin brazos , lo que de por sí hacía su situación bastante desventajosa, pero encima creció en el Chile de Pinochet, lo que convertía cualquier situación desventajosa en desesperada, pero esto no era todo, pues pronto descubrió que era homosexual, lo que convertía la situación desesperada en inconcebible e inenarrable".

En Estrella distante, Roberto Bolaño

Tuesday, November 3, 2009

Otras letras



Bajo la lluvia, las lágrimas se sienten tibias.