"Los hombres no saben por qué consagran una obra de arte. Pese a no ser, ni mucho menos, conocedores, creen descubrir en ella cientos de cualidades para justificar tanta aceptación; pero la verdadera razón de sus favores es un imponderable: es simpatía".
Thomas Mann, en La muerte en Venecia.
1 comment:
Las malas lenguas dicen que no es por otra cosa que por egocentrismo.
El mundo está plagado de Demiurgos frustrados...
Beso!
Post a Comment