Monday, December 14, 2009

Abuela

La abuela no sabe jugar al truco. Juega a la básica. Los puntos los suma con porotos. Los rojos que son los más grandes valen uno. Los blancos, diez. Tiene montones de porotos. Algunos están sin la cáscara, porque hace un montón que los tiene. También sabe jugar al chin chón, que es más divertido que la básica. La básica es como la escoba de quince, pero con más cosas.

Los miércoles la abuela viene a casa. Temprano. Cuando me despierto, oigo su voz. Está en la cocina, habla con mamá y lo que dicen sale por la ventana de la cocina y entra por la de mi pieza. Siempre trae pescado. Algunos días también hace huevo frito, o papas fritas en esa sarten chiquita, que ya está negra de tanto que la usó.

En casa nunca jugamos a la básica. Porque yo siempre tengo los juguetes y los libros. Los fines de semana voy a la casa de ella. A veces, algún domingo, me quedo a dormir. Y ahí sí. A la tarde, cuando cae el sol, después de que ella baldea y prepara la cena, jugamos a la básica, o al chin chón, que es más divertido, con un tango de fondo, la estampita de Gardel sobre la mesada, y la sensación de que ella está contenta porque la vine a visitar.

2 comments:

Nadie Nunca Nada.- said...

mi abuela tiene la boca muy chiquita. Muy.
Abrazo, me debés unos tragos.-

Noesperesnada said...

Hermoso relato, los abuelos somos así, nos alegramos con esos pequeños gestos de nuestros nietos queinundan de esntido nuestra existencia... y nos gusta jugar chinchon