Thursday, August 13, 2009

Tres letras (vocales)



Escribir sin tener más que tres letras era dificil. Más que difícil: sentías tizas que pegaban cerca, flechas que se clavaban enfrente; miles de estrellas que se te caían encima. Triste escena.

Es inimaginable, dijiste.

Debería ser más inteligente, pensaste.

Necesitaría, de mínima, siete pasantes que me alivianaran la tarea.

Irrealizable.

¡Denme más letras!, gritaste.

¡Más letras, imbéciles!, reclamaste.
Sentías caer las lágrimas.

Te arrepentiste. Exigiste piedad.
Respirabas frenéticamente.

Inspirabas-exhalabas.

Inspirabas-exhalabas.

Hasta que, lentamente, te tranquilizaste.

Tratabas de frenar la rabia.

Dejaste pasar tres días. Miraste la tele, te reíste excesivamente de chistes sin gracia, sentiste quejas de féminas insatisfechas que lavaban la vajilla sin que nadie las asistiera. Temiste ser incapaz de escribir así: sin más que tres letras.

Te deprimiste.

Pensaste en dejar de vivir.

La exigencia iba a matarte.

¿Qué podrías hacer?

Quizás, dijiste de repente, si intentase, dejaría de ser inaccesible.

Probaste. Y perdiste, en ese instante.

2 comments:

Diego Sagardía said...

perder y ganar, apenas un instante

Ø said...

Es así. Pero, por suerte, no somos tan conscientes.