Mañana, voy a comprar un perro. De cualquier raza. Lo voy a teñir de verde, le voy a decir Dora. Come here, Dora, come. Voy a empezar a usar un seudónimo. Don Atilio o la Princesa Ruperta. Me voy a rapar la cabeza, a tatuarme en cada omóplato un verso de Girondo. No más té, ni café con leche: a partir de mañana, sólo agua tibia y clorada. Mil palabras por día. Siete mil por semana. Dos cuadernos por mes. Un trabajo de oficinista: traje, corbata, camisa, varias planillas y raya al costado. Voy a volver a ver televisión para dejar de hacerlo otra vez. A recorrer los pasillos del edificio, a buscar vecinas viejas para hablar durante horas de la inteligencia de sus nietas, de la ineficacia del portero, de lo grande que estamos todos, de cuánto crecimos.Saturday, June 6, 2009
Mañana
Mañana, voy a comprar un perro. De cualquier raza. Lo voy a teñir de verde, le voy a decir Dora. Come here, Dora, come. Voy a empezar a usar un seudónimo. Don Atilio o la Princesa Ruperta. Me voy a rapar la cabeza, a tatuarme en cada omóplato un verso de Girondo. No más té, ni café con leche: a partir de mañana, sólo agua tibia y clorada. Mil palabras por día. Siete mil por semana. Dos cuadernos por mes. Un trabajo de oficinista: traje, corbata, camisa, varias planillas y raya al costado. Voy a volver a ver televisión para dejar de hacerlo otra vez. A recorrer los pasillos del edificio, a buscar vecinas viejas para hablar durante horas de la inteligencia de sus nietas, de la ineficacia del portero, de lo grande que estamos todos, de cuánto crecimos.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment