Sunday, March 30, 2008

No me mira, me miro en su mirada

La puta duerme, debe dormir, y yo escribo, frente al monitor, mientras Regina Spektor suena de fondo y, violenta, me angustia el pecho como si dentro, apoyadas sobre el corazón que late desagradable, tuviera dos o tres sanguijuelas oscuras y gelatinosas.

Varias veces, desde que empecé el blog, me preguntaron por qué no subía, le tocaba el timbre a Claudia y le proponía que fuera una especie de amiga sexual, pagando o sin pagar.

“Te queda cerca”.

“Si le decís que te inspiraste en ella, no te va a cobrar”.

“Después, vas a poder escribir lo que pasó”, dijeron.

Pero no subí.

La gente suele ser mucho más interesante cuando la escriben.

Uno suele ser mucho más interesante cuando lo escriben.

Sólo algunas pocas, muy pocas personas, son más interesantes en vivo que en letritas. Son personas ficticias. Duran poco. Uno las crea, las inventa, modifica y las vuelve a armar como si fueran muñecos de plastilina.

Lo bueno es que, la mayoría de las veces, sin son suaves y transparentes, las personas ficticias, al igual que los señores de plastilina, se pueden recomponer.

Claudia es la segunda puta. La primera no lo era. Lo había sido una vez, quería probar qué se sentía o algo así.

“En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa”, escribe Octavio Paz.

Debe ser romántico noviar con una puta.

Romántico: dícese “sentimental, generoso y soñador”.

Y la puta duerme, debe dormir.

9 comments:

Malena Azcona said...

Quiero saber si la puta es morocha.

Ø said...

¿Qué implicancias podría tener que una mujer ficticia, a la que uno crea, va inventando, modifica y la vuelve a armar como si fuera un muñeco de plastilina, sea rubia, castaña o totalmente morocha?

¿De qué color tiene el pelo penélope?

Malena Azcona said...

Es curiosidad, quiero saber si la puta coincide con la fantasía de morocha, pelo frío.
La puta será ficticia pero existe.
En el dibujo Penélope tiene el pelo amarillo, tal vez no sea rubia, pero morocha no es.

Ø said...

En la ficción, Penélope, según Guillermo Martínez, "pierde sentido la diferencia entre lo verdadero y lo falso. Hay otras categorías: la verosimilitud, la intensidad".

"La literatura --dice el escritor-- funciona como un acto de ilusionimo. ¿Qué idiota tendría ganas de tirarle de la manga al mago?".

Malena Azcona said...

Me estás tratando de idiota? O a Penélope de pelo amarillo? Te pregunté por el pelo negro pero podría haberlo hecho por el proxeneta de buenos modales o por los 300 pesos. Yo quiero que la ficción continúe.

Ø said...

No. No la/o trataría de idiota sin conocerla/o.

Me pareció intencionada la pregunta. La ficción nunca se interrume.

Diego Sagardía said...

¿No probaron con ir a un telo?

Soy peregrinaperla said...

En algo coincido: toda persona que se transforma, ficción de por medio, en un personaje se vuelve mucho más interesante. Perla es la versión ficticia de mí.Tiene todo lo que yo no tengo.

Ø said...

¿Todo como qué?