Saturday, July 28, 2007

Cumpleaños

Ayer, mi sobrina Nara cumplió años. Nara es la hija de mi hermana y cumplió seis. Mi hermana, algunos de ustedes la conocen, es artista plástica, se divorció hace ochos meses y vive en un PH en Balvanera donde también tiene el taller. “Hay demasiadas herramientas y si un chico se llega a lastimar se arma un quilombo terrible”, dijo como excusa para pedirme el departamento y festejar acá el cumpleaños de Nara. “Si decís que no, te va a odiar”, agregó después en una clara actitud manipuladora. Y yo, debo aceptarlo, no me negué.

El primero de los chicos llegó a las ocho y media. Hijo de padres obsesivos y puntuales, llevaba una gorrita verde con logo Puma en blanco brillante. “Ridículo” es una palabra muy dura para describir a un nene de seis años. No voy a usarla.

Al rato vinieron los demás. Ocho en total.

La vecina empezó a coger nueve y media. Ella empezó a coger, el tipo que la acompañaba no. El tipo bufaba. Exhalaba quejidos lastimeros como si quisiese dejar claro que el acto sexual era fonético, no físico. Cuando amenazó a la vecina con hacerla sangrar, mi hermana me miró, creo que con bronca. Dos de los nenes abrieron grandes los ojos. Nara aplaudía. Una chiquita gorda se puso a llorar. Mi hermana prendió la radio.

No me atrevería a decir que el salmo del locutor brasilero era más violento que los gemidos del tipo, pero hablaba muy fuerte y los chicos se asustaron. Eso seguro. De los ocho, lloraban seis. Lo sé porque mientras mi hermana trataba de equilibrar la situación los conté uno por uno. Nara: las manos sobre las orejas, la boca bien abierta. Me dio pena, mucha pena, y apagué la radio.

Y entonces ella, mi vecina, gritó. Estertórea, seca. Increíblemente clara. “Metémela toda hijo de puta”.

Después de unos segundos de silencio, mi hermana fue a la cocina y trajo la torta rogel. Con fósforos prendimos las seis velitas. Pedí atención, apagué las luces. Mientras la mayoría cantaba --sé que uno de los nenes le tiene miedo, terror, a la oscuridad-- escuché que arriba volvían a coger.

1 comment:

Unknown said...

x un comment suyo en otro blog he llegado hasta aqui, sabe algo, su vecina me da envidia... mucha!
lo saluda U.