Saturday, December 31, 2011

Verdadero


A partir de cierta edad, las coincidencias con otros escritores o las novedades te importarán menos que lo que creas verdadero.

Jorge Luis Borges.

Tuesday, December 20, 2011

Mentir

Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina, se puede engañar a la gente e incluso a Dios, pero en el arte no se puede mentir.

Anton Chejov, en Consejos para escritores.

Monday, December 19, 2011

Tomar conciencia

Gowan llenó el vaso hasta el borde, lo alzó y fue bebiendo hasta vaciarlo. Se acordaba de haber dejado el vaso sobre la mesa con mucho cuidado, pero enseguida tomó conciencia simultáneamente de encontrarse en la calle, del aire frío y gris del amanecer, de una locomotora jadeando en el desvío, a la cabeza de una oscura hilera de vagones, y de que estaba intentando decirle a alguien que había aprendido a beber como un caballero.

William Faulkner, en Santuario.

Saturday, December 17, 2011

Pesadillas soñadas

— En varios de sus cuentos, en El ajedrez o en El condenado a muerte, aparecen pesadillas e insomnios. ¿Tiene eso relación con su vida concreta?

— Sí, yo tengo ahora pesadillas casi todas las noches.

— ¿Pesadillas? ¿Usted tiene pesadillas?

— Usted me acaba de preguntar por las pesadillas, ¿De qué se sorprende?

— Pensé que me iba a decir: "nunca he tenido pesadillas".

— No era lógico.

— ¿Cómo son esas pesadillas?

— Contadas no son horribles, pero soñadas sí lo son.


(...)


— ¿No sufre de insomnio?

— He sufrido mucho de insomnio y he escrito un cuento que refleja eso.

— Por eso le preguntaba. Pensaba en Funes el memorioso.

— Ese cuento... voy a contarle un detalle que quizás pueda interesarle. Yo padecía mucho de insomnio. Me acostaba y empezaba a imaginar. Me imaginaba la pieza, los libros en los estantes, los muebles, los patios. El jardín de la quinta de Adrogué, esto era en Adrogué. Imaginaba los eucaliptus, la verja, las diversas casas del pueblo, mi cuerpo tendido en la oscuridad. Y no podía dormir. De allí salió la idea de un individuo que tuviera una memoria infinita, que estuviera abrumado por su memoria, no pudiera olvidarse de nada y por consiguiente no pudiera dormirse. Pienso en una frase común: "recordarse", que es porque uno se olvidó de uno mismo y al despertarse se recuerda. Y ahora viene un detalle casi psicoanalítico: cuando yo escribí ese cuento se me acabó el insomnio. Como si hubiera encontrado un símbolo adecuado para el insomnio y me liberara de él mediante ese cuento.


María Esther Gilio entrevista a Borges, para la revista Crisis.